[08-04-20] Los sindicatos europeos de la educación se unen exigiendo apoyo a las instituciones educativas con una inversión sostenida en el servicio educativo público.

La actual crisis frente el COVID-19 evidencia las deficiencias de los servicios públicos en Europa, incluyendo la educación. Necesitamos un replanteamiento radical de la falta reiterada de inversión en los servicios públicos. La educación no puede sufrir más recortes.

El COVID-19 ha generado una crisis inmediata en la educación en Europa aunque las cuestiones a largo plazo en nuestra educación pueden ser aún más preocupantes. El impacto en estudiantes, en el personal educativo y en los sistemas educativos, es enorme. Los profesionales de la educación se están adaptando rápidamente como nunca antes a esta situación para apoyar al alumnado y a la comunidad educativa, pero las consecuencias negativas para la calidad y equidad de la educación podrían durar años.

El Comité Sindical  Europeo de la Educación (ETUCE), que representa a 132 sindicatos de la educación - incluida FECCOO - y a 11 millones de trabajadores de la educación de 51 países – casi 1 millón en España -,  ha manifestado mediante un comunicado los devastadores impactos que esta epidemia está generando en los sistemas educativos, las sociedades y las economías públicas de toda Europa. La lucha contra este virus ha requerido el cierre de escuelas y adaptaciones de la práctica educativa que no tenían precedentes. Mientras tanto, las preguntas sobre el impacto a largo plazo en la ciudadanía, los trabajadores/as y los servicios públicos están empezando a surgir. Desde ETUCE exigimos  fuertes medidas políticas y económicas para mitigar las consecuencias catastróficas para la educación y la sociedad en su conjunto que se están produciendo.

Los profesionales de la educación están proporcionando a todos sus escolares la mejor educación posible a pesar de los enormes desafíos a los que se enfrentan: cambio repentino a  enseñanza telemática insuficiente y desigual  para todo el alumnado ante la brecha digital,  falta de apoyo de las instituciones educativas, estrés por el confinamiento… Los servicios públicos, como la educación, se enfrentan ahora con más intensidad que nunca a las consecuencias de una década de recortes y austeridad. Decisiones presupuestarias a nivel nacional y europeo han dejado al profesorado  y al personal de educación despojados de los recursos necesarios para hacer frente a la escasez de recursos humanos. En muchos países, los trabajadores de la educación están siendo víctimas de ataques a sus contratos laborales y derechos laborales. En algunos países incluso hay centros educativos aún abiertos para dar servicio al alumnado con necesidades educativas especiales o cuyos padres están aún asistiendo al trabajo,  poniendo así al personal de la educación y a sus propias familias en riesgo de infección.

Desde el ETUCE, todos los sindicatos de la educación europeos hacen un llamamiento común para que la dignidad humana, la equidad, la solidaridad y la necesidad de servicios públicos de calidad sean el centro de las políticas europeas.

Christine Blower, presidenta del ETUCE señala que “de cara al futuro, los sindicatos de la educación también piden un cambio de paradigma en las prioridades económicas y políticas de Europa. Tememos que se abra la puerta a una mayor privatización y comercialización de nuestros sistemas educativos, a esas políticas educativas neoliberales que han causado un daño terrible en la última década, lo que socava la igualdad y equidad educativa; Hay que  poner fin de una vez a la falta de inversión sistémica en la educación y a la asfixia gradual de nuestro sector público".

> ETUCE's COVID-10 Statement



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